No quiero hablar de la nostalgia, es la vitalidad que me impactó. De la película la vida salpica, las fábulas a las que la vida da ocasión. Mañana presenciaremos las fábulas de la gente que vive en la región de Arganil en el interior de Portugal, las fábulas de los pueblos, las fábulas de la película que se está haciendo en estos pueblos con estas gentes, y las fábulas de una trama de ficción.
Y no solo hasta allí llega, y eso es lo emocionante, es como si la película no pudiera contener todo. A veces se pone tras un evento como un perro que capta un olor, u otras veces se deja las cosas extrañamente en el aire, ¿y eso de la versión de terror de Caperucita Roja que se ha rodado en la región? No solo hay un salto desde el puente, puede haber cientos de saltos ( ;
Por eso, también diría que no vamos a ver un documental, de documental nada. Esta película se pasa de la imaginación a la invención (no tanto de los pueblos y las gentes a la ficción) en una estrategia narrativa de caza de fábulas. Estas fábulas conviven en el sentido de tenderse trampas las unas a las otras: la fábula de una vigilante de incendios que se pone a cantar en la torre de observación se torna en otra, una chica cuya madre fue secuestrada por unos extraterrestres que canta en una banda junto a su padre.
https://www.youtube.com/watch?v=6GM4fi6bKHM