Tomo prestada esta frase de otra película para presentar They Live by Night (Los amantes de la noche, Nicholas Ray, 1948), que proyectaremos a las ocho de la tarde de mañana en el cine-club de La Morada.
De ahí que la película sea tan desgarradora. No se trata simplemente de la historia del esfuerzo vano de dos tiernos amantes por escapar del trío de bandidos y del absurdo y trágico acoso a "Bowie the Kid", un loco asesino fruto de la imaginación de las fuerzas del orden. Es que la derrota ya se ha producido de antemano, cuando la única que podía resistirse a la ley del mundo ha abdicado de sus poderes. Ella, al fin y al cabo, no es más que el otro nombre de ese amor.