De adolescente conocí a Néstor. Yo adolescente, o sea inmortal, de repente tenía un amigo que estaba en peligro, siempre. Y tan delicado, tan atento a las cosas que le rodeaban. Hablaba de ellas. Hablaba del mundo. Hablaba de su destino. Decía, por ejemplo:
— Es la vida que hemos elegido, es la droga...
Y luego se contradecía:
— No es la vida que hemos elegido... es la vida que nos hemos visto obligados a vivir.
Néstor y el Búho murieron de sobredosis, de "todo el veneno que tomaron por ellos, antes de nacer".
— Nos han separado, a unos los han mandado al norte, a otros al sur.
Y que:
— En las nuevas casas no van a dejar que vivamos quince personas juntas, como aquí.
Hoy no queda ni rastro del poblado, ni rastro de cuarenta años de historia. Um assassino o país.