Martes 28 ene - 20h - CineClub La Morada
Durante un partido de waterpolo…
Un niño camina de un lado a otro y decide: Tal vez lo vuelva a pensar.
Dos partidarios de la acción directa declaran: ¿Sabes que hay gente que nos escribe y nosotros no les contestamos?
Un sindicalista impele a la unión de las fuerzas: Hay que construir una verdadera identidad nuestra ¡fuerte!
Pero Michele, el líder del Partido Comunista Italiano, suplica a su entrenador de waterpolo que le hable: No me hablas más de ti. No me hablas más de las cosas importantes de tu vida. Ya no sé nada de ti. No me hablas más de tus recuerdos.
Su antiguo amigo de aquellos días, de aquella juventud angustiosa pero alentadora, le había preguntado: ¿Lo recuerdas? ¿Lo recuerdas? ¿Lo recuerdas? ¿Lo recuerdas?
Es que Michele ha perdido la memoria y poco a poco la está recuperando. Ahora recuerda, sí: ¡Es comunista!
Pero un niño ya lo ha pensado mejor: Quiero cambiar de deporte.
En el bar del estadio, la televisión emite Doctor Zhivago.
Una periodista cheap lee palabra por palabra del pequeño manual sobre el PCI: Hoy toda su vida les parece equivocada.
Uno por uno, los entrenadores, el árbitro y el católico presentan a sus gurús, sus maestros, los individuos que les han cambiado, que les han ayudado a crecer, a aprender, a entenderse mejor, con yoga, arte, psicoanálisis, teología…
Parece que todos se reafirman en una sola palabra: profesionalidad. ¡Qué gran profesionalidad!
¿Y nosotros?
Desde el lago de nuestra anterior película, La Reconstrucción, llegamos a las lagunas en la memoria de un hombre de 35 años.
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Me habría gustado decir algo más preciso sobre Palombella Rossa, pero la voz coge la carrerilla de las contradicciones y los recuerdos, poniéndose cada vez más nerviosa, yendo de un lado a otro, y es entonces cuando ya no está segura de a dónde llega, dejando tras de sí un matiz triste de lo que podrían haber sido los deseos. Palombella Rossa se parece a esa voz.
También juega en varios niveles. Esto se me ocurrió cuando el director chileno Raúl Ruiz aparece haciendo de teólogo, hablando de los cuatro tipos de silencio: literal, alegórico, moral y divino. Quizás Palombella Rossa baile entre espacios diferentes y el juego de cada espacio se corresponda con uno de estos tipos de "silencio".* ¿Suena místico? Es una propuesta.
Esto me lleva a otra, relacionada, coyuntura: viendo la película es difícil distinguir entre lo que significa algo y lo que no, lo que es literal y lo que es alegórico, si lo queremos podemos ver varias capas de significado en muchas cosas. Pero entre este caos, un caos organizado, lo que más recuerdo son los gritos y la urgencia, una película gritada.
*De hecho en las Poéticas del Cine, Ruiz escribe:
En mis proyectos intento pasar de un mundo a otro usando la técnica que la Venecia barroca llamaba “Il Ponte”, una manera de producir agentes anamórficos que juegan con cuatro niveles de la retorica medieval: literal, alegórico, ético y anagógico.