Este martes veremos Metropolitan (1990) de Whit Stillman.
En All That Heaven Allows (1955) era en las fiestas del club de campo donde Cary Scott y Ron Kirby se encontraban con el rechazo de sus vecinos hacia su emparejamiento. En Metropolitan (1990) nos encontramos de nuevo en las fiestas de la clase alta, a través de una serie de personajes que podrían ser los descendientes de esa alta sociedad de Nueva Inglaterra si sus hijos, en vez de irse a Irán a vender petróleo como Ned, hubiesen encontrado negocio más cerca de casa, en la ciudad de Nueva York.
En este caso, son las fiestas de debutantes de navidad. Fiestas que son como un rito de la clase acomodada (o ‘preppy’) y a las que asisten los personajes que protagoniza la película para socializarse y cotillear. Todos ellos son jóvenes de 19 años que acaban de empezar sus estudios en prestigiosas universidades. Entre ellos se encuentra un personaje, Tom Townsend que, en principio -con un traje alquilado, usando transporte público y posicionandose en contra de este tipo de fiestas- no parece tener lugar entre ellos y que parece haber acabado allí por casualidad.
Whit Stillman mediante el ingenioso guión de esta comedia ligera de abundante dialogo parece mostrar una cierta actitud crítica hacia estos personajes cínicos e hipócritas. Sin embargo, también hay algo de nostalgia. El propio Stillman venía de una familia acomodada y había asistido a este tipo de fiestas en su juventud y si bien critica, también parece poner en valor ciertos aspectos de esta clase social que, como afirma uno de los personajes, está en vías de desaparición.
En su juventud, Whit Stillman escribió en la revista conservadora The American Spectator antes de dedicarse, escasamente, al cine. En los 80, tras casarse con una mujer española se trasladó a vivir a Madrid donde, trás hablar con varios productores, se convirtió en agente de ventas de las películas de Fernando Trueba o Fernando Colomo, llegando a aparecer como actor en alguna de sus películas, como por ejemplo Sal Gorda (1984).
Perteneciente al (verdadero) cine independiente americano de finales de los 80 y principios de los 90, antes de la comercialización del 'cine indie' con el boom de Sundance y la adquisición por parte de los estudios de las distribuidoras independientes, Metropolitan fue producida con poco dinero proveniente de ayudas de familia y amigos y la venta del piso del director, rodada en apartamentos de conocidos y con un grupo de actores desconocidos. Para algunos como Edward Clements, que encarna al protagonista (?) Tom Townsend, esta sería el único trabajo cinematográfico. Con otros Whit Stillman volvería a trabajar en los 90 en sus películas Barcelona (1994) y Los últimos días del disco (1998) - las únicas películas que realizó Whit Stillman hasta su retorno en 2012 con Damiselas en apuros - pero que se han mantenido en el anonimato hasta hoy.