Como toda historia, My Man Godfrey (Gregory La Cava, 1936) tiene sus protagonistas. La inocente ricachona es Irina, interpretada por una adorable Carole Lombard. El áspero mendigo se hace llamar Godfrey, encarnado por un exquisito William Powell. La pareja de actores venía de divorciarse, tras tres años de matrimonio tres años atrás. La pareja de personajes iba a encariñarse, tras tres minutos de conversación y poco más. Con Godfrey de la mano Irina gana el concurso, así que decide ofrecerle un trabajo de mayordomo, por aquello de tenerle a mano. Él acepta, al parecer más por curiosa diversión que por imperiosa necesidad. Y se inicia así otro juego peligroso, casi “El juego más peligroso”, donde el cazador se convierte en presa, y viceversa, varias veces.
Y bueno, claro, todo termina de forma imposible pero plausible, digna de aplauso. Este martes, a las 20:00, en La Morada.