Santiago es una peli dentro de otra: una filmada y la otra vista, una con todos sus aires y sus prejuicios y la otra hecha de restos, que se dice a sí misma "relflexión sobre los brutos", una que casi no consigue ver y otra que se despliega en todo sus elementos, sus gestos -algo bruscos por momentos-, sus artificios, (imágenes tan bellas como palabras del guión mecanografiadas en primerísimo primer plano) para que consigamos ver. Es João Moreira Salles quien trata de ver, quien trata de salir del bloqueo al que le había llevado esta película, y con él nosotras también vemos: a él mismo pero sobre todo a Santiago y su película.
Cuando comencé a ver esta película no me gustó nada, creí que era un documento algo kitsch sobre un viejo marica folclórico obsesionado con el antiguo régimen y los efectos de la dominación sobre él. Un hombre viejo un poco pasado, una máquina de recuerdos sin orden ni concierto, con esa verborrea imparable, que dedica toda su vida "a servir" en casas de ricxs y a copiar genealogías interminables de las sagas de aristócratas del mundo. ***Los Ur, los egipcios, los Medici, los jefes indios americanos, las estrellas de hollywwod...***
Resulta que en algún momento de la película me olvidé de todo esto (oh, mágico cine) y comencé a ver a esa persona. Algo muy emocionante, de verdad!, ver a alguien en una película. Y que esa película haga el esfuerzo de rehacerse, con todos sus lastres, para permitir ver a esa persona anónima: como tantas personas anónimas enamoradas de la belleza, esxs estetas casi indigentes, paradójicamente lxs que verdaderamente aprecian el lujo, no el dinero, sino la riqueza. Unos brutos riquísimos los de la película Santiago. También quería decir que pensándolo ahora me parecía una película sobre la muerte. Igual está un poco fuera de lugar, pero me parece algo muy bonito, en el sentido de mostrar con gran claridad lo que ha desaparecido cuando alguien muere, en concreto Santiago. Como entender muy bien, o ver muy bien, lo que es una vida, pero una en concreto, la vida de alguien. Bueno, a mí eso me parece espectacular, y me dejo de rollo, ya veremos qué os parece a las demás.
Y, bueno, en esta especie de ciclo que venimos formando con películas sobre elementos básicos del cine, del que se dice y se hace en nuestras pantallas, del director que nos habla sin parar, apéndice - personas-cuerpos moldeadas por el trabajo o no/qué es una vida?- viene Santiago de João Moreira Salles, singela, brasileira, para lançar antes do carnaval, una película para gente rica... El martes 12 de enero de 2016 (cuidado con no equivocarse de año!) a las 20 horas, en el csoa la morada, no el de podemos, sino el de las okupas, el que está en la calle casarrubuelos y vive en la immanencia de la imminencia de desalojo. A lo loco. Yo llevaré vino además de la peli y si eso, mi portátil escacharrado.
Os dejo con una instantánea de la danza de las manos de Santiago, un Loie Fuller de huesos, falanges, piel, vello y claro-oscuro...