Una habitación en la ciudad ( Jacques Demy 1982) pertenece a esa última etapa del autor en la que el encantamiento de sus primeras películas en los años sesenta, Los paraguas de Cherburgo (1964), Piel de Asno (1970), da paso hacia un desencanto más evidente en su trayectoria cinematográfica.
Jacques Demy oscila entre la oscuridad más absoluta y el destello de lo kitsch en un pulso constante que fluctúa intermitente de un lado a otro, sin zigzaguear demasiado, mas bien hacia delante. ¿Quién se puede quedar sólo en el colorido de las paredes, o en cambio, en la uniformidad del atrincheramiento de los huelguistas metalúrgicos de Nantes? Justamente en el maridaje en ese brillo intenso y ese grito ardiente está el rifle que dispara.
La magia de Una habitación en la Ciudad nos prepara para recibir el mundo personal, enrevesado y palpitante de Jacques Demy que aparentemente queda reducido a un musical de aparentes formas impecables y miradas precisas. No sólo de eso vive el cine de este autor revalorizado especialmente en los últimos años. Un rescate a tiempo para aclarar toda su parafernalia cinematográfica, para deshojarla y llegar hasta el poso de esas historias bien agarradas al artificio que se nos presenta.
Una habitación en la ciudad, es una historia de amor en un marco de lucha social y se suma a las películas proyectadas en el cineclub en la últimas semanas en la que la temática de lo social ha podido tener cierta relevancia. Véanse, El árbol de los zuecos(1979), De la Nube a la Revolución (1979). Sin embargo introducirnos en el universo de Jacques Demy podría llevarnos por otros derroteros, pero eso ya se decidirá en el posterior debate en el que se invita a los asistentes a comentar la película y a que hagan nuevas propuestas para la sesión de la próxima semana.
Esperamos vuestra asistencia,
Un saludo,
Cineclub La Morada, Sala Minuesa, todos los Martes a la 20.00h. Se ruega puntualidad.