A veces tengo la sensación de que aunque esté muy concentrado viendo una película me siento desconcertado. Que realmente hay muchas cosas y todas al final las pierdo (el soldado, el soldado dentro del camión, el techo, la lona, sus anclajes, la mujer que mira, sus compañeros, su ropa, la calle, el otro camión, el otro compañero, las ruedas, la carretera, el semáforo, los otros coches). Cuando he visto las películas del próximo martes me he sentido concentrado en unos cuantos elementos, me siento tranquilo y confiado para ir a poco a poco aunque no agote los significados o pueda perderme en un momento dado. La oportunidad de comenzar.
Quizás pueda ser una paradoja pero siento que estas películas no comienzan con el mundo que veo tras la ventana o aquí en casa, sino que comienzan en medio de la nada , van sucediéndose unos pocos elementos que, paso a paso, poco a poco, pregunta a pregunta van ampliando mi concentración y tiempo aquí.
Bueno, esperemos vernos este martes, para ver los movimientos de Anne Marie-Miéville y Jean-Luc Godard, hechos también con un poco, no demasiado, del tiempo de Mattea y Alejandro, Gemma y Samuel.